La calle
Cuando todo está oscuro, cuando el dinero no alcanza, cuando en los rostros de la calle sólo se denota tristeza nadie ve más allá.
Hay alguien que duerme en la calle, por ahí.
¡Hacen diez grados!
Si hubiese que juzgar crímenes -y este es bien material- aquel sería el de cabecera.
Nadie debería dormitar en el cemento frío ni estar hambriento.
Cambiar aquello debiera ser un compromiso mayor, uno moral -y mundial-
Eso es, en definitiva, para todos todo.
